En cada encuentro las visitas compartieron la clase de un modo singular: los chicos quedaban totalmente a cargo de la misma, mostrando y enseñando todo lo aprendido durante el año.
Podemos afirmar que tuvieron total autonomía para hacerlo. También es notable, con el paso de los años, cómo los abuelos se han familiarizado con la computadora y los dispositivos en general: máquinas fotográficas digitales y, desde ya, sus celulares.
Como solemos decir para marcar la época: "el futuro está aquí y es digital".
El dire Dani Nieves nos presentó a todos y luego Pablo, el profesor de informática y Ana María, la coordinadora de Educación Tecnológica de la escuela, contaron cómo sería la modalidad del encuentro.
Las maestras de los chicos, dieron, como siempre, su invalorable apoyo.
Los docentes nos dedicamos a partir de ese momento a servir agua y café, cortado o solo, con azúcar, edulcorante o amargo.
Desde nuestro lugar de backstage, dicho en castellano el "detrás de escena", pudimos ver que la alegría inundaba la cara de los chicos al ver a sus abuelos y se fundían en un abrazo. Luego compartían y negociaban el uso de la computadora y el mouse, festejaban sus logros en cada programa y al final, buscaban sus mochilas para irse ese día, por cierto de fiesta, a seguir disfrutando de su compañía.
Se dice que hoy la tecnología aisla y separa... en este caso generó un espacio de encuentro, alegría compartida y por qué no decirlo, agradecimiento expreso.
Sacamos fotos y las hicimos video, con un efecto de súper 8, para fusionar el tiempo y hacerlo testimonio, mientras Víctor Heredia nos acompaña cantando: "que viva la escuela, que la escuela viva".
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